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MARIO JORGE DE LELLIS
( Argentina )
( 1922 – 1966 )
Mario Jorge De Lellis (barrio de Almagro, Buenos Aires, Argentina, 14 de mayo de 1922 - 14 de noviembre de 1966]) fue un poeta argentino.
Influencia de su obra
Su poesía ha marcado a gran parte de la generación literaria argentina de los sesenta, tales los poetas reunidos en el grupo de "El pan duro", pero también puntuó la cotidianidad de los habitantes de Almagro para quienes es un referente. Poeta popular de alto vuelo, influenció a escritores de la talla de Juan Gelman, Juana Bignozzi o Humberto Costantini. Hoy es casi imposible encontrar sus libros por falta de reediciones.
Libros: Flores del silencio. Bs. As. 1941; Cantos de la tecla negra, Bs. As. 1942; Siglo Rojo. Veinte Poemas para el siglo XX. Bs. As. 1943; Tiempo Aparte, sonetos. Bs. As. 1946; Calles de Marzo, Bs. As. 1947; Litoral de Angustia, Bs. As. 1949; Mediodía por dentro Bs. As. 1951; Ciudad sin tregua, Bs. As. 1953; Cantos Humanos, Bs. As. 1956; Pablo Neruda, Bs. As. 1957; El buque de la calle da la amargura, Bs. As. 1959; Cesar Vallejo Bs. As. 1960; Hombres del vino, del álbum y del corazón, Bs. As. 1962; Hortigueral de Almagro, Bs. As. 1965
TEXTOS EN ESPAÑOL – TEXTOS EM PORTUGUÊS
POESÍA CONTEMPORÁNEA DE AMÉRICA LATINA. Org. Jorge Boccanera; Saúl Ibargoyen. México, DF: Editores Mexicanos Unidos, 1998. 260 p. Inclui poetas brasileiros.
Ex. bibl. Antonio Miranda, doação do livreiro José Jorge Leite de Brito.
MEDIODIA POR DENTRO
Algunas pocas cosas lo citaban:
sus lunes fraternales, su ropa, su calzado,
su mirada en los techos del crepúsculo,
su nombre, su vivenda, su prestigio de humano,
su manera de viaje entre las nubes,
su porción del amor, su cumpleaños.
Iba y venía en ventos. No decía.
Mudo, escuchaba resonar los pájaros.
Una fecha solar lo atestiguaba
y una tallada flor te clausuraba el labio.
Algo así como un leño doblegaba sus hombros.
Algo así como un pozo le emparedada el canto.
Por su ademán dolían los caminos sin tiempo,
las mujeres sin nombre y si geranio,
los niños deshojados bajo una piel de madre,
la fábula, la tierra, la burla bajo el brazo,
el panal sin abeja
y un diós sin religión y solitario.
¿Quién era? ¿Qué quería? ¿Qué suavizar de muertes?
¿Qué peldaño subir? ¿Qué lluvia, qué sonido, que pecado,
qué traducción de mundos naturales,
qué certeza de luz, qué cielo claro,
qué perfección teñida de agua pura,
qué palabrear de pájaros?
¿Cuál su misión acá, en este clima,
vestido y desvestido desde la risa al llanto?
Tenía por herencia, por dogma y por doctrina
una mujer, dos hijos y algún crecido árbol.
Y apenas pocas cosas lo citaban:
su nombre, su vivenda, su prestigio de humano,
su manera de viaje entre las nubes,
sua porção de amor, seu aniversário.
Esse era eu.
(Meu pai acostumava a me olhar com a um estranho).
Ese era yo, que ahora rememoro,
me desubico en puntos cardinales, canto.
Ese era yo. Mi piel de nuevo se me suelta
vestida y desvestida desde la risa al llanto.
Regreso al simple musgo,
regreso al roquedal donde nació el milagro,
a la fauna sagrada de la hormiga,
al pez, a la libélula, al batracio.
Regreso hacia lo puro de lo puro
y todavia escondo entre mis manos
un llorado universo de congojas.
(Honda herencia total del gesto duplicado).
Llamo hasta mi los sueños, las lluvias color nada,
el hincapié del duende o del sonámbulo.,
los golpes de otro mundo a medianoche,
la asociación de cómo y cuándo.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de ANTONIO MIRANDA
MEIO DIA POR DENTRO
Algumas poucas coisas o citavam:
suas segundas feiras fraternais, sua roupa, seu calçados,
sua mirada nos tetos do crepúsculo,
seu nome, sua residência, seu prestígio de humano,
sua maneira de viagem pelas nuvens,
sua porção de amor, seu aniversário.
Ia e voltava em ventos. Não dizia.
Mudo, escutava ressoar os pássaros.
Uma data solar o testemunhava
e uma talhada flor te enclausurava o lábio.
Algo assim como uma tora arqueava seus ombros.
Algo assim como um poço emparedava o seu canto.
Por seu gesto doíam os caminhos sem tempo,
as mulheres sem nome e sem gerânio,
as crianças sem folhas sob uma pele de mãe,
a fábula, a terra, a burla sob o braço,
o favo sem abelha
e um deus sem religião e solitário.
Quem era? O que queria? Qual suavizar de mortes?
Que degrau subir? Que chuva, que som, que pecado,
que tradução de mundos naturais,
que certeza de luz, que céu claro,
que perfeição manchada de água pura,
que palavrear de pássaros?
Qual a sua missão aqui, neste este clima,
vestido e desvestido desde o riso ao pranto?
Tinha por legado, por dogma e por doutrina
uma mulher, dois filhos e alguma árvore crescida.
E apenas poucas coisas o citavam:
seu nome, sua residência, seu prestígio de humano,
sua maneira de viajar pelas nuvens,
sua porção de amor, seu aniversário.
Esse era eu.
(Meu pai acostumava a me olhar com a um estranho).
Esse era eu, que agora rememoro,
me desloco em pontos cardiais, canto.
Esse era eu. Minha pele outra vez me deixa
vestido e desnudo desde o riso ao pranto.
Regresso ao simples musgo,
regresso ao rochedo onde nasceu o milagre,
à fauna sagrada da formiga,
ao pez, à libélula, ao batráquio.
Regresso até o puro do puro
e ainda escondo em minhas mãos
um chorado universo de angústias.
(Profunda herança total do gesto duplicado).
Chamo até mim os sonhos, as chuvas cor do nada,
o finca-pé do duende ou do sonâmbulo.,
os golpes de outro mundo à meia-noite,
a associação de como e quando.
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Página publicada em fevereiro de 2022
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